Las propiedades antibacterianas de la miel resultan muy adecuadas para el tratamiento o prevención de enfermedades como el resfriado, la gripe, la bronquitis, la sinusitis, el asma, las anginas, u otras anomalías respiratorias. Como ejemplos, la miel de espliego, de tilo, de romero y la de eucalipto son especialmente indicadas para las enfermedades respiratorias. Se aconseja tomar cada día un par de cucharadas de miel o que se emplee para endulzar las tisanas o infusiones.
Algunos estudios sugieren que la miel es tan efectiva como un supresor de la tos como dextrometorfano, un ingrediente muy usado en los supresores de la tos de venta libre.
Un remedio fácil para combatir la tos es tomar la miel directamente. Ingerir 2 cucharaditas (10 ml) u dejar pasar unas cuantas horas entre tomas hasta que la tos persista. Otra opción es añadir 2 cucharaditas (10 ml) o más en un vaso con té tibio y limón.