Es preocupante escuchar que se ha detectado fraude en la miel procedente de países fuera de la Unión Europea, sobre todo de China. La miel es un producto alimenticio muy importante y valioso, y es crucial que se garantice su calidad y seguridad para los consumidores.
La Unión Europea tiene normas estrictas en cuanto a la calidad de la miel que se importa, incluyendo la prohibición del uso de ciertos aditivos y la necesidad de etiquetar claramente el país de origen de la miel. Sin embargo, parece que algunas empresas están violando estas normas y vendiendo miel adulterada en el mercado europeo.

Proceso natural de cristalización de la miel
Es importante que se tomen medidas para garantizar que la miel que se vende en la UE cumpla con las normas de calidad y seguridad establecidas. Esto puede incluir un mayor control de las importaciones de miel, la aplicación de sanciones más severas a aquellos que violan las normas y una mayor transparencia en la cadena de suministro de la miel. También es importante que los consumidores estén informados y conscientes de la calidad de la miel que compran, y que exijan que se cumplan las normas establecidas.
Se han detectado partidas de falsa miel china que llegan a Europa adulteradas con siropes de maíz o de arroz. De hecho, el propio Parlamento Europeo señaló en un informe de 2018 que la miel es el tercer alimento más adulterado del mercado, por detrás del aceite de oliva y la leche.
Debemos desconfiar de las mieles baratas, con una lista interminable de países de procedencia de la miel. En muchos casos son mezclas de mieles adulteradas.
La mejor forma de asegurarnos una miel de calidad, es buscando mieles de procedencia España al 100%, sin mezclas y con algún sello de calidad, como de origen ecológico.
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