Cuando una abeja clava su aguijón, este se clava como si fuera un sacacorchos. La abeja es demasiado débil como para sacarla sin que se rompa su abdomen y lo que se ve en la imagen es el tejido abdominal que arrastra el aguijón después de la picadura. Sin embargo, si el animal picado tiene la piel más delgada que un humano, la abeja sobrevive pues le resulta más fácil desprenderse del aguijón. Las abejas reinas tienen la particularidad de que no mueren.