Bebida histórica preparada por fermentación de una mezcla de miel y agua, que alcanza cierta graduación alcohólica oscilando sobre los 14º es quizá una de las más antiguas, anterior al vino y probablemente precursora de la cerveza. Los primeros datos reales datan del s. I a. C. época en la que se sitúa un cuerno vacío encontrado en Alemania, en el fondo de un pantano, con restos de polen y levaduras, siendo este el testimonio más antiguo de elaboración y consumo de Hidromiel.
En la Grecia clásica se conocía como Melikraton y los romanos imitaron esta costumbre, a veces incluso mezclando con vinos que endulzaban de esta manera considerándose popularmente como “Bebida de los dioses”. El propio Julio César hizo del hidromiel su bebida predilecta. Otros pueblos tan dispares como los Mayas, celtas, sajones y vikingos, consumían con frecuencia esta bebida incluyendo diferentes variantes en su fabricación. Su pérdida de popularidad se debió a la importancia que tomaron las vides en diferentes partes de Europa desplazando a la hidromiel a zonas del norte donde el clima no permitía el cultivo para la fabricación del vino a razón de uvas
Su elaboración tradicional consiste en fermentar lentamente una mezcla de miel, agua y polen, envejeciendo un mínimo de dos años en barricas de roble. Una vez adquiere las características deseadas se filtra y se embotella.