Los euglosinos (Euglossini) o abejas de las orquídeas, son un tipo de abeja que incluye más de 200 especies. Su distribución geográfica se extiende desde el norte de México hasta la Argentina. Son abejas de color metálico brillante, verde en muchos casos. Otras son azules, purpúreas, doradas o rojas. Algunas son negras con pelos blancos o amarillos y se parecen a los abejorros, con los cuales están emparentadas. Son abejas robustas de entre 8 y 30 milímetros. Tienen lengua muy larga, en algunos casos dos veces más larga que el cuerpo, de allí proviene el nombre Euglossa (verdadera lengua).

Polinización de orquídeas

Los machos se caracterizan por colectar esencias aromáticas de ciertos tipos de orquídeas. Estas orquídeas no ofrecen alimentos a sus polinizadores, no tienen néctar y el polen no está disponible como alimento. Las abejas hembras no las visitan, pero los machos son atraídos por su fuerte aroma. Esponjan los compuestos aromáticos con cepillos de sus patas anteriores y después los almacenan en receptáculos especiales en sus patas posteriores.

Se piensa que usan estos aceites esenciales en la producción de atractivos sexuales, pero aun no se ha acomprobado esa hipótesis. De esta forma efectúan la polinización de orquídeas. Las hembras, en cambio, colectan polen y néctar de otras flores como lo hacen la mayoría de las especies de abejas, polinizando tales plantas. Es posible atraer a los machos de algunas de sus especies usando aromas artificiales y por eso se los ha podido observar bien.

Ciclo vital

Las abejas de las orquídeas son solitarias que a veces anidan comunalmente, pero nunca son eusociales. Muchas especies forman colonias o grupos de nidos muy próximos unos a otros y a veces hasta comparten un nido pero cada hembra construye sus propias celdillas para sus crías. Es decir que no son precisamente sociales sino solitarias.

Solamente se conocen los nidos de unas pocas especies. Son construidos en cavidades en la madera o en las raíces de helechos, en tallos de bambú, nidos de termitas, bajo frondas de palmeras, en grietas, bajo puentes y también en techos de construcciones humanas. La hembra forra el interior del nido con resinas y en algunos casos cierra el nido con resina durante la noche.